El mundo de la usabilidad está últimamente muy en boga. Para mi es muy interesante e importante y parece que al fin se le reconoce el valor que aporta.
Por supuesto, los que trabajan en usabilidad, no son los que miran que ‘los colores’ sean los más bonitos.
Tras asistir a algunos cursos, leer algunos libros (como “Usabilidad. Diseño de sitios Web” de Jakob Nielsen y “Don’t make me think” de Steve Krug), leer bastante documentación
varia disponible en Internet y trabajar sobre el tema en algunos proyectos internos y otros externos (servicios prestados a otras empresas clientes), creo que me atrevo a resumir diferentes
métodos aplicables relacionados con la usabilidad.
Hay una cierta tendencia a confundir estas actividades. Cada una de ellas es más adecuada en según qué fase o estado se encuentre el proyecto y cada una se aplica mejor según las necesidades o la actitud del ‘cliente’ (el cliente puede ser incluso nuestro PM).
Se pueden solapar o llevarlas a cabo individualmente, o secuencialmente, en el orden que uno considere. Todas tienen un objetivo común, pero son diferentes a la hora de ponerlas en práctica.
Sin entrar en excesivo detalle, personalmente, las distinguiría de la siguiente manera:
- Evaluación de los expertos
- Evaluación heurística
- Prototipado
- Test de usuario
- Test de usabilidad (incorporado en las pruebas funcionales)
- Otras técnicas (como el Card Sorting
Evaluación de los expertos: Uno o varios expertos en usabilidad evalúan la aplicación, basándose en su experiencia, y detectan las áreas de mejora (nunca decir ‘errores’!), proponiendo una o varias alternativas.
Evaluación heurística: Uno o varios expertos en usabilidad evalúan la aplicación, basándose en una lista de heurístico y sub-heurísticos (son principios o reglas, normalmente tipo checklist), detectan las áreas de mejora, y elaboran un informe detallado en el que se proponen una o varias alternativas a cada punto.
Prototipado: Consiste en construir prototipos muy sencillos, no funcionales, que ayuden a dar un contexto de uso al usuario y presenten lo que será la interfaz de usuario en el futuro. Además es extremadamente útil para saber si es lo que realmente el cliente quiere. Se pueden usar para hacer test de usuario en etapas preliminares del proyecto.
Test de usuario: Requiere un mínimo de infraestructura: un cierto número de usuarios seleccionados, un ‘laboratorio’ donde realizar la prueba (PCs, cámaras de video, habitación
contigua para observación, SW de grabación, etc.). También requiere una preparación previa por parte del evaluador, como la elaboración de una lista de escenarios de uso y tareas concretas en
áreas ‘calientes’ de la aplicación.
Hay una variante a este test denominada ‘de guerrilla’, en la que los costes en toda esta infraestructura se reduce al mínimo.
Para mí es la actividad más útil y reveladora. Ver cómo alguien ajeno interactúa con nuestra aplicación es realmente sorprendente. El usuario no siempre se comporta como tú esperas, lo cual
demuestra que tienes que adaptar tu aplicación a ese uso real.
Así mismo, es contundente a la hora de convencer a jefes y directivos.
Test de usabilidad (incorporado en las pruebas funcionales): No aparece en la literatura, pero hace años que la uso. Es tan simple como incorporar aspectos de usabilidad en tus casos de prueba funcionales. Es bastante mejor que nada, y obliga a crear una nueva categoría en la herramienta de gestión de defectos: “Usability”.
Otras técnicas (como el Card Sorting): La ordenación de tarjetas es una técnica útil para averiguar los modelos mentales de los usuarios, conocer las categorías en las que agrupar la información, así como saber qué palabras o títulos poner en los vínculos, categorías, menús y submenús. Se pueden usar programas que ayudan a procesar los resultados.
Con esto creo que se puede tener una visión bastante genérica sobre las metodologías de usabilidad. Ahora bien, cada una de ellas requiere un capítulo aparte..